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Siempre había deseado vivir la experiencia de disfrutar de aguas termales, pero pensé que eso solo sería posible cuando estuviera en el extranjero.
Sin embargo, para mi sorpresa, no tuve que esperar tanto ni siquiera visitar otro país. Fue en Colombia, mi país de residencia, donde tuve la oportunidad de vivir esta experiencia.
Todo comenzó…
Durante mi viaje de cumpleaños a la ciudad de Bogotá.
La idea era explorar los pueblos cercanos, aprovechando que estaba visitando ese destino.
Fue así como, mientras buscaba lugares para visitar, descubrí el municipio de Guasca en Cundinamarca.
Ubicado a solo 40 minutos de Bogotá, es fácilmente accesible en transporte particular, taxi o autobús desde la calle 72 con 13, frente a la Universidad Pedagógica.
Este mismo autobús también te lleva a Guatavita.
Primeras impresiones…
Guasca es un municipio seguro y económico, con restaurantes y paisajes impresionantes, pero lo que más llamó mi atención es que cuenta con aguas termales.
Decidí visitar «Termales Guasca», un centro recreativo que cuenta con su propia fuente de aguas y piscinas termales.
Lo primero que hice al llegar fue subir una historia, porque ustedes saben siempre «Creador de contenido»
ante todo.
Después de dejar el equipaje, por cierto, no recomiendo llevar maletas con ruedas a destinos naturales, ya que no es una buena idea. Es mucho más cómodo llevar un morral.
Mi experiencia en los termales…
Una vez en las «aguas termales», mi consejo es ingresar poco a poco, comenzando por los pies y luego ir sumergiendo todo el cuerpo hasta los hombros.
Dado el clima frío de esta zona de Colombia, no resulta difícil acostumbrarse a la temperatura.
A medida que te sumerges, sentirás el calor cada vez más en todo tu cuerpo, pero debes resistir mientras tu cuerpo se adapta a la temperatura.
Estas aguas tienen propiedades medicinales y son muy beneficiosas para mejorar la apariencia de la piel.
Algunas recomendaciones..
Hablando del alojamiento, el «Tubo Hotel», como llaman a su establecimiento, es una especie de glamping con habitaciones en forma de tubo.
Cada habitación cuenta con una cama doble, espacio para guardar las maletas debajo de la cama, amenidades de aseo y batas, televisión, una ventana con vista al paisaje y dos mesas.
Una o dos personas pueden alojarse perfectamente en cada habitación. Sin embargo, recomiendo elegir las habitaciones de la segunda planta si están disponibles, ya que tienen su propio balcón.
Además de las aguas termales, los paisajes son una maravilla.
Algo que también me gustó fue que, al tener un restaurante y una tienda de snacks en el mismo lugar, no tuve que preocuparme por el tema de la alimentación.
Además, el pueblo está muy cerca, así que puedes aventurarte a explorar.
Comprar snacks o souvenirs, o simplemente pedir un taxi para desplazarte por la zona.
Durante mi visita, pude trabajar sin problemas, ya que tanto el hotel como las áreas comunes tienen una excelente cobertura de Internet.
El precio de la noche para dos personas es de aproximadamente $100 USD e incluye desayuno y acceso a las áreas comunes.
También ofrecen pases de día que brindan acceso a las aguas termales, y puedes alquilar un espacio para acampar o las canchas si eres amante de los deportes.
En conclusión…
¿Volvería? ¡Por supuesto que sí!
De hecho, me quedaría más de una semana, ya que sé que Guasca tiene mucho más que ofrecer.
Mi viaje fue solo de 3 días, pero considero que vale la pena invertir mucho más tiempo para descubrir esta zona.